4 de diciembre de 2024

Misael Siosa, el encargado de la fiesta de Juventud

En La Punta y con ambas hinchadas, Juventud venció 2-0 a Estudiantes y se hizo dueño del clásico. Doblete de la joya.

Una fiesta azul y amarilla fue el clásico puntano, donde Juventud Unida Universitario venció por 2 a 0 a Sportivo Estudiantes en el «Juan Gilberto Funes» por la fecha 30 de la Zona 2 del Torneo Federal A.

Un doblete de Misael Sosa a los 26′ y a los 29′ de la primera mitad le dio la ventaja al «Juve», que ahora se puso arriba en el historial con 8 victorias, 11 empates y 7 derrotas, en 26 partidos jugados de manera oficial en AFA.

Ráfaga del «Juve»

Unos 15 minutos tardaron los jugadores en acomodarse, el humo de las bengalas en abandonar el campo de juego, el partido en armarse y los equipos en agredirse.

El primero fue Lucas Frenguelli con un tirito que controló bien Cesar Taborda. La contra sí tuvo algo más de peligro, un desborde de Juan Pablo Gobetto por la derecha, un centro atrás y un disparo de Arnó que tapó muy bien Marcos Abrahin.

El «Juve», que lucía un poco más punzante, tuvo otro remate desde la medialuna, en los pies de Gobetto, pero otra vez Abrahin se hizo gigante.

A los 24′ contestó Estudiantes con una pared entre Enzo Ybáñez y Medina por izquierda que terminó con un buen remate del mediocampista, apenas desviado ante el vuelo estéril de Taborda.

Dos minutos después, por fin hubo un gol en el clásico puntano que traía una seguidilla de tres 0-0 consecutivos. Pase largo para Misael Sosa que encaró a Juan Caviglia, quien estaba haciendo un relevo, se metió al área y remató algo mordido, pero lo suficientemente efectivo como para vencer a Abrahin y marcar el 1 a 0 para el «Auriazul». Locura en la mitad sur del estadio.

El envión anímico del gol tuvo efecto rápido en el partido porque a los 29′ un pase filtrado entre los centrales puso a Juan Cruz Arnó mano a mano con Abrahin y el pibe, que juega como un veterano, esperó el achique del arquero y le dio un pase a Misael Sosa, quien sin resistencia se metió con pelota y todo dentro del arco.

A partir de allí, el encuentro entró en un pozo futbolístico y Diego Medina tuvo el descuento a los 44′, pero su disparo fue bloqueado y se marchó por encima del travesaño.

Así se fueron al descanso, un 2-0 que le daba tranquilidad al local.

La tranquilidad y la necesidad

Estudiantes salió con otro ímpetu al segundo tiempo. Más decidido a tener la pelota y a jugar en cancha rival, pero carecía de claridad en los últimos metros; y sobre todo tenía poca presencia en lo que se llama la segunda jugada o los rebotes.

Juventud estaba cómodo con la postura de esperar y apostar a la contra. Hizo cambios, pobló un poco más la mitad de la cancha y pudo ampliar la ventaja a los 27′ en un mano a mano de Misael Sosa que se fue apenas desviado.

Poco para reprocharle tendrá el hincha de Estudiantes al planteo de César Zabala, quien hizo cambios ofensivos e intentó acorralar al «Juve» para vender cara la derrota.

El partido estuvo parado desde los 37′ y por un espacio de 7 u 8 minutos por un duelo de fuegos artificiales, que en el caso de Estudiantes cayeron peligrosamente hacia la cancha, esa fue la única «perla negra», como solía proclamar el recordado Guillermo Nimo, en esta fiesta del fútbol.

En la reanudación y con 8 minutos de tiempo adicionado, solo hubo tiempo para algún arresto del «Verde», que nunca encontró el camino, y también para que la hinchada de Juventud cargue a su rival con algunos cánticos.

Ganó Juventud, al que le alcanzó un rato de buen juego, pero pese a la tristeza de unos y la alegría de otros, el que volvió a ganar fue el fútbol de la provincia, que vivió un clásico con todos los condimentos que el fútbol no debió perder nunca.

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