El juicio más esperado de Chaco en los últimos años arranca este martes en Resistencia. Siete personas, entre ellas César Sena y sus padres, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, se sientan ante un jurado popular acusados de planear y ejecutar el femicidio de Cecilia Strzyzowski.
Si bien su cuerpo nunca fue encontrado, la investigación tiene casi 400 pruebas que indican un plan macabro y un crimen que, según la fiscalía, fue meticulosamente planificado por el clan piquetero.
La primera audiencia se realizará en el Centro de Estudios Judiciales de Resistencia. Antes de los alegatos iniciales, será la selección del jurado, un proceso clave en este tipo de debates. Son 12 ciudadanos chaqueños, elegidos al azar, los encargados de escuchar las pruebas, analizar los testimonios y decidir el veredicto.
Durante la jornada de hoy, fiscales y defensores podrán interrogar a los potenciales jurados para descartar a quienes tengan prejuicios sobre el caso o vínculos con los implicados. Se espera que esta etapa dure entre uno y dos días.
Una vez conformado el jurado, comenzarán las 17 audiencias previstas, en las que se presentarán peritajes, audios, mensajes y testimonios. Serán más de 50 testigos los que pasarán por la sala de audiencias, bajo la supervisión de lajueza técnica Dolly Fernández, quien tendrá la tarea de garantizar el cumplimiento del procedimiento, pero sin intervenir en la decisión final del jurado.
Los siete acusados llegan al juicio detenidos y enfrentarán distintos cargos según el grado de participación que les atribuye la Justicia.
César Sena, de 20 años, está acusado de homicidio triplemente agravado por el vínculo, por haberse cometido en un contexto de violencia de género y por el concurso premeditado de dos o más personas, un delito que prevé prisión perpetua. La fiscalía sostiene que fue el autor material del femicidio y que mató a su esposa en la casa familiar el 2 de junio de 2023.
Sus padres, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, están imputados como coautores del mismo delito. Para los investigadores, ambos participaron en la planificación y el encubrimiento del crimen, coordinando tareas y utilizando su influencia política y social para intentar desviar la investigación.
El resto de los acusados son Fabiana González y su pareja, José Gustavo Obregón, integrantes del círculo de confianza de los Sena, y Gustavo Melgarejo y su esposa, Griselda Reinoso, encargados de cuidar el campo familiar conocido como “la chanchería”. Todos ellos están imputados por encubrimiento agravado.
Según la acusación, González y Obregón ayudaron a limpiar la casa y trasladar objetos personales de la víctima, mientras que Melgarejo y Reinoso habrían permitido que en su terreno se quemaran elementos vinculados al crimen y ocultaron información clave en los primeros días de la investigación.
Del viaje soñado al crimen atroz
La historia de la pareja había comenzado un año antes, en 2022, cuando se conocieron por una aplicación de citas. Se casaron pocos meses después y, desde entonces, la relación estuvo marcada por la violencia y el control.
Ella soñaba con irse del Chaco, tener un trabajo y una vida mejor. Él, hijo de una de las familias piqueteras más poderosas de la provincia, le prometió un futuro en Ushuaia. Le habló de una casa, un empleo seguro, una nueva oportunidad. Pero la ilusión era una trampa.
El 1° de junio pasaron la noche juntos en un alojamiento de Resistencia. A la mañana siguiente, a las 9:14, una cámara los registró llegando a la casa de los Sena, en la calle Santa María de Oro. Ella bajó con una valija. Fue la última imagen con vida.
De acuerdo a la hipótesis de los fiscales, fue asesinada poco después en el interior de la casa, aparentemente golpeada y asfixiada, y su cuerpo fue incinerado en un campo de la familia, conocido como la “chanchería”.
Para los investigadores, César no actuó solo. Sus padres habrían colaborado activamente en el crimen y en la eliminación de pruebas. Marcela Acuña, según la causa, organizó la limpieza y traslado de objetos personales de la víctima, mientras que Emerenciano supervisaba y coordinaba la manipulación de evidencias.
Entre las pruebas figuran rastros de sangre, objetos personales calcinados, mensajes de WhatsApp y búsquedas en internet que muestran planificación y premeditación.
“¿Qué harían ellos en mi lugar?”: el pedido de la mamá de Cecilia antes del juicio
Gloria Romero, la mamá de Cecilia, será una de las testigos clave. La mujer viajó el lunes en un micro de larga distancia. El fin de semana, bajo custodia de Gendarmería y a 2500 kilómetros de distancia, adelantó a TN que encarará el juicio con una mezcla de dolor y esperanza.
“Si yo tuviera al jurado enfrente, les diría que miren a sus hijos. Que piensen lo que cuesta criarlos, lo que vale cada uno, y que después imaginen que alguien venga y no te deje nada, ni siquiera una respuesta. ¿Qué harían ellos en mi lugar?”, dijo con la voz entrecortada.
Al respecto, Romero aseguró que no vio arrepentimiento en ninguno de los acusados. “No vi ni una pizca de dolor. Se hacen las víctimas, hablan de persecución política. Están haciendo política desde la cárcel”, señaló.
“No quiero que otra mamá tenga que pasar por el infierno que yo pasé. Podés sentir empatía, pero nunca vas a entender lo que se siente. No hay paz, no hay descanso. Navidad, Año Nuevo, el Día de la Madre… todo tiene un vacío que no se llena más”, lamentó.
La Justicia argentina permite juzgar un homicidio aunque no haya cuerpo, siempre que las pruebas sean contundentes. En este caso, los fiscales sostienen que sí lo son. Hay cámaras de seguridad, rastros biológicos, objetos personales, audios y testimonios que, según ellos, demuestran la planificación del femicidio y la participación activa de cada acusado.
Durante el juicio, se espera que cada testigo reconstruya paso a paso la desaparición de Cecilia, la violencia que sufría en la relación y la implicancia de cada integrante del clan Sena.
