Un poderoso terremoto de 8,8 en la escala de Richter en la península de Kamchatka, Rusia, puso en estado de alarma a Japón, Estados Unidos y otros países con costas en el océano Pacífico ante la posible llegada de un tsunami. En territorio ruso, el oleaje subió repentinamente y algunos pueblos portuarios debieron ser evacuados de emergencia.
El evento sísmico fue monitoreado por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el cual detalló que el epicentro se situó a unos 136 kilómetros al este de la ciudad de Petropávlovsk–Kamtchatski, en la península de Kamchatka, a una profundidad de 21 kilómetros y ocurrió a las 11.24 (hora local).
“El terremoto ha sido grave y el más fuerte en décadas de temblores”, dijo el gobernador de Kamchatka, Vladimir Solodov, en un video publicado en la aplicación Telegram.
Según los datos que compartió el USGS, se trata del sexto terremoto más fuerte de la historia registrado y el segundo más poderoso desde el devastador terremoto de Japón en 2011 (9,1) que provocó un mortífero tsunami. El récord lo tiene el ocurrido en Biobío, Chile, en 1960 con una magnitud de 9,5.
En algunas zonas de Kamchatka se registró un tsunami de entre 3 y 4 metros de altura, según declaró Sergei Lebedev, ministro regional para situaciones de Emergencia, que instó a la población a alejarse de la costa de la península.
Las olas cerca de la ciudad rusa de Severo-Kurilsk superaron los 3 metros de altura y la más potente alcanzó los 5 metros, según informó Reuters, al citar a la agencia de noticias Ria.
En Japón, las autoridades advirtieron del riesgo de que un tsunami de hasta tres metros azote sus costas próximas al océano Pacífico. “No se aventuren mar adentro ni se acerquen a la costa hasta que se levante la alerta”, advirtió la autoridad meteorológica.
En tanto la agencia estadounidense había advertido que el tsunami podría azotar las costas de Rusia y Japón “en las próximas horas”, pero también había marcado existía riesgo en zonas de la costa de Alaska y la isla estadounidense de Guam, Hawái y Alaska.
Menos de una hora después de reportarse el terremoto comenzaron a sonar las sirenas de evacuación en la ciudad de Honolulú, Hawái, por la que pidieron evacuar a zonas altas de la isla. En redes sociales se difundieron diferentes imágenes en donde se observa las calles de las ciudades colapsadas por el tránsito de las personas que, con sus vehículos, buscaban alejarse de la costa.
Las mismas alertas se dieron en las islas Kuriles en Rusia y Hokkaido en Japón, donde el nivel del mar comenzó a subir. “Por favor, evacúen rápidamente. Si pueden, diríjanse a zonas altas y alejadas de la costa”, dijo un locutor de la cadena pública japonesa NHK. Los trabajadores de la planta nuclear de Fukushima también fueron evacuados.
El evento sísmico se tradujo en un estado de alarma generalizado para todos los países con costa en el Pacífico. En Sudamérica, también se emitieron avisos ante posibles tsunamis en Ecuador y Chile, aunque de menor intensidad.
Además se emitieron alertas moderadas en Indonesia y Filipinas.
El 20 de julio, un terremoto de magnitud 7.4, seguido de numerosas réplicas, azotó la misma zona sin causar daños importantes.
La península de Kamchatka es el punto de encuentro de las placas tectónicas del Pacífico y Norteamérica, lo que convierte a la región en una de las zonas sísmicas más activas del planeta.