4 de junio de 2025

Internos penitenciarios crean mobiliario escolar para un jardín de infantes en San Luis

La iniciativa, que busca fomentar la reinserción social a través del trabajo, es coordinada por el Centro de Producción de Oportunidades (CePrO). En la actualidad, hay 10 talleres en marcha.  

El viernes 27 de mayo, 13 internos del Complejo Penitenciario N° 1 de San Luis hicieron entrega de mobiliario que confeccionaron para el nivel Inicial de la Escuela N°98 ‘Gobernador José Santos Ortiz’. La acción se enmarca en un proyecto de reinserción social impulsado por el ministerio de Seguridad y el Centro de Producción de Oportunidades (CePrO).

Participaron del acto de entrega, la ministro de Seguridad, Nancy Sosa; el gerente general de CePrO, César Mozo; la subdirectora de nivel Inicial, María Medero; el subdirector de Educación Inclusiva, Federico González; y la directora del establecimiento educativo, Clara Arrieta, además de docentes y estudiantes de las salas de 3, 4 y 5 años.

El mobiliario entregado incluye percheros, sillas, mesas y cajoneras, que serán utilizados tanto en las aulas como en la sala multisensorial de la institución. “Es fundamental poder revincular a quienes cumplen una condena con la sociedad a través del trabajo, y qué mejor que hacerlo con una escuela, que es el centro de la comunidad”, expresó la ministro Sosa.

Además, destacó que esta acción representa una “devolución y un gesto de amor por parte de los internos hacia la sociedad”.

El CePrO es el ente que coordina y administra los talleres de formación y producción dentro del sistema penitenciario.

Actualmente, hay unos diez talleres en funcionamiento, entre los que se encuentran carpintería metálica, panadería, lavadero de vehículos, bloquera, gomería y carpintería de aluminio. Los productos elaborados pueden adquirirse en puntos de venta ubicados en el Complejo Penitenciario de San Luis y La Botija, atendidos por internos y personal penitenciario.

Por su parte, la directora de la Escuela N°98 agradeció profundamente el gesto: “Es una forma de enseñar a nuestros niños el valor del esfuerzo y la importancia de la segunda oportunidad. Brindar amor a través del trabajo en un contexto de encierro tiene un enorme valor simbólico y educativo”.

La iniciativa refleja un modelo de trabajo penitenciario orientado a la inclusión, el estudio y el trabajo, con el fin de dar herramientas al interno para iniciar una nueva vida una vez cumplida la condena.

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