“Es un dato muy alentador el hecho de que este año hayamos comenzado la vacunación tempranamente. La gente ha concurrido a los centros de salud y nuestros vacunadores han recorrido establecimientos donde hay adultos mayores e instituciones donde hay personas con factores de riesgo, enfermos renales y oncológicos o que realizan diálisis”, afirmó la jefa de Inmunizaciones, María Esther Diángelo.
En el calendario, la vacuna antigripal contempla a todos los niños que tengan entre seis meses de vida hasta dos años. A su vez, está recomendada de manera anual para las personas mayores de 65 años, embarazadas en cualquier momento de la gestación, puérperas (aquellas mamás que no se han vacunado durante el embarazo), el personal de salud y todas las personas adolescentes o adultos menores de 65 años que posean enfermedades crónicas.
Estos grupos de personas no necesitan prescripción médica para colocarse la vacuna. Sin embargo, no es una vacuna abierta para toda la población. “Se pide una indicación con un diagnóstico para las personas menores de 65 años que no tienen una enfermedad crónica. Deben llevar alguna constancia de la enfermedad que padezcan para que el vacunador verifique si está dentro de los grupos de riesgo”, especificó la funcionaria.
“Si va una mamá con un niño de cuatro años que es sano, no va a recibir la vacuna antigripal porque no tiene patología. Ahora, si la mamá presenta un certificado que el niño tiene asma bronquial, por ejemplo, o es un niño con una enfermedad renal, en ese caso sí puede recibir la vacunación”, señaló Diángelo.
Esta vacuna antigripal cambia la cepa todos los años porque es una vacuna de aplicación anual y, por consiguiente, debe renovar la dosis con las cepas circulantes. “La vacunación previene enfermedades graves. En el caso del virus de influenza, sabemos que si contrae esta infección una persona mayor de 65 años o una embarazada, pueden desarrollar la enfermedad de manera complicada, con internación y con problemas respiratorios graves”, advirtió.
Enfermedades leves como un resfrío, una pequeña tos o dolor de garganta no contraindican la vacunación. En contraposición, si el paciente ha tenido fiebre en las últimas 24 horas, se posterga la vacunación para cuando la persona se encuentre mejor.
“Es bueno informar que la vacuna contra el COVID-19 sigue disponible en nuestros vacunatorios. Por el momento, únicamente se dispone de dos marcas: Pfizer y Moderna. Otras vacunas que se aplicaron en años atrás han dejado de fabricarse, por lo cual ya no tenemos disponibilidad”, informó. Se trata de vacunas que fueron actualizadas, es decir, no son las mismas vacunas Moderna y Pfizer que se colocaron durante la pandemia sino son más seguras y efectivas.
Por último, la vacunación contra el dengue está en su segunda etapa. “Las personas que comenzaron los primeros días de la campaña ya cumplieron los tres meses, por lo tanto les corresponde una segunda dosis. Seguimos vacunando al personal de salud, personal policial, docentes y aquellas personas que tuvieron la enfermedad previamente”, concluyó.